El concepto de polaridad

Hace veinticinco años me encontré con la “Teoría del color de Goethe” mientras estudiaba Física; quedé tan fascinado que hice a un lado mis estudios formales y me dediqué a la ciencia de la radiación electromagnética, enfocándome particularmente en la luz. De aquí surgieron varias patentes, como por ejemplo, el primer “elipsómetro en Tiempo Real” empleado para determinar la elipticidad de la luz. Este invento se convirtió en la base de la empresa “Instrument Systems” ubicada en Munich http://www.instrumentsystems.com/ , la cual, hoy por hoy es líder mundial en tecnología para la medición de la luz.

Muchos científicos sabelotodo y mal informados consideran que la “Teoría del color de Goethe” es un error lamentable del “en otros casos brillante” Goethe. Pero en mi caso, esta teoría me dio muchos elementos nuevos que fueron y aún son “ortogonales” en comparación con lo que me enseñaron en la universidad.

El mismo Goethe consideraba que su principal aportación al mundo era su “Teoría del color” y el libro que escribió sobre ésta. Por otra parte, opinaba que sus trabajos poéticos eran una simple expresión de toda la inspiración que obtenía al experimentar con la mencionada teoría.

La fascinación que sintió Goethe durante toda su vida hacia la “teoría del color” -así como el trabajo que realizó en torno a la misma- comenzó cierta ocasión mientras experimentaba con un prisma de cristal. Notó que al observar objetos oscuros frente a un fondo brillante veía un espectro muy diferente al que describió Newton, a quien se le consideraba/ considera el creador del “concepto del espectro de la luz”.

Newton realizó sus experimentos en una habitación oscura: utilizando su prisma, observó un pequeño orificio en la pared y vio lo que ahora se ha convertido en el dogma de la ciencia fundamentada, el principio de la “naturaleza espectral de la luz”.

No obstante, Goethe vio una mancha negra frente a un fondo brillante a la luz del día. Lo que observó, y que puede observarse hoy en día con un prisma sencillo, fue un espectro de colores con el color morado en el centro, en lugar del tradicional verde.

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Goethe's

Este sencillo experimento, así como todos los libros que enunciaban los cientos de experimentos y conclusiones relacionadas que Goethe realizó en este contexto, han sido retirados totalmente de la comprensión cultural del color y de la energía que tenemos en general. La mayoría de los físicos actuales no tienen idea de cómo explicar estos experimentos, ya que la naturaleza espectral de la “luz blanca” es un dogma y la base de todo lo que hoy nos enseñan a creer.

La conclusión a la que llegó Goethe fue que la luz blanca “NO CONTIENE” todos los colores del espectro, sino que los colores se producen por una superposición: por la fusión de la oscuridad y la luz. Si la luz avanza sobre la oscuridad -con la ayuda de un prisma, por ejemplo- se obtiene el espectro convencional (Newtoniano) con el color verde en el centro.

Si usted mueve la oscuridad sobre la luz, obtendrá el espectro de Goethe, que tiene el color morado en el centro. Goethe comprendió que el color es resultado de una “interferencia” (matrimonio) de oscuridad y luz y no que la luz blanca se descompone en sus elementos para producir lo que vemos como colores.

La conclusión elaborada por Goethe señala que los colores no están “contenidos” en la luz blanca, sino que son un fenómeno que resulta de la interacción de la luz y la oscuridad (o “Truebe” como él la llamaba).

Para Goethe, la luz por sí sola no existía, sino que se trataba de un “absoluto imposible” y un IDEAL que nunca fue capaz de hacer entender ni siquiera a Schiller, quien como la mayoría de los científicos de la época, estaba en busca de “Das Ding in sich selbst” (la cosa en sí misma). Este concepto también causaba conflictos y mantenía ocupados los pensamientos de Kant, Hegel y Schopenhauer. http://www.yoga-vidya.de/Yoga–Buch/StudPhilo/Schopenhauer.html.

De hecho, esto es muy simple: LA COSA EN SÍ MISMA no existe como IDEA o elemento- Matriz; no obstante, las Cosas, los sucesos, las energías o cualquier objeto o realidad física son el resultado del matrimonio de dos elementos de matrices informativas. Una vez materializados, llevan las dos polaridades que los han creado (Goethe lo expresó con las siguientes palabras  “Ware das Auge nicht sonnenhaft wuerde es die Sonne nicht schauen” – si el ojo no contara con algún aspecto acerca del sol, entonces no podría verlo).

Esto explica 100 años de confusión sobre la pregunta de si “la luz es una partícula o una onda”. El aspecto de la oscuridad de la luz es un campo de ondas, un fenómeno no local, mientras que la parte luminosa de la luz contribuye a los aspectos de las partículas. El aspecto que veamos de la luz o de cualquier otro objeto dependerá del contexto, pues toda la realidad física tiene dualidad debido a que siempre se trata del producto de los elementos de dos matrices. Sucede lo mismo en el caso del esperma: no es posible decir si es masculino o femenino. Por supuesto que, una vez que se haya unido a un óvulo, el sexo quedará definido. Pero aún así, este aspecto quedará definido sólo si consideramos al género como una cuestión meramente bioquímica o física.

Esta idea equivocada tiene una influencia fundamental en cómo se ve la vida y un futuro posible. En la corriente new age (nueva era) y en la mayoría de las vidas de las personas existe la esperanza secreta, la creencia establecida de que –eventualmente- se alcanzará un estado en el que la oscuridad se irá de nuestras vidas y la luz y los colores serán lo único que permanezca.

No obstante, y en mi concepto del Equilibrio Lábil Dinámico, Goethe demuestra que las polaridades informativas son las que dan a luz a cualquier cosa que experimentemos en este mundo.

Todas las tradiciones espirituales tienen este concepto de polaridad como símbolo principal.

La cruz cristiana – La estrella de David – La suástica hindú – La luna y el sol islámicos – El Yin y el Yang

La corriente New age, sin embargo, ha hecho del ARCOIRIS su símbolo primordial sin darse cuenta de que el mismo -a pesar de su belleza- es sólo el efecto de la “luz vista antes de la oscuridad”, en lugar de un concepto más fundamental y universal de polaridad. Esta noción unilateral ha dejado huella en el enfoque básico exagerado del new age en torno a la luz (y su representación con sonrisas, ligereza, con un tómalo con calma, no te preocupes, sé feliz). Además está matizado con un impulso constante de sacar las expresiones de oscuridad de la conciencia, mientras que las catedrales góticas, por ejemplo, están llenas de expresiones de fuerzas oscuras.

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Gárgolas góticas Dragones de Bali

“La INFORMACIÓN es POLARIDAD” -éste es el descubrimiento central y la comprensión de la Información. Dicha noción tiene enormes consecuencias sobre cómo vemos el mundo y cómo vivimos la vida.

El fenómeno UR (urfenómeno o fenómeno primordial), como lo llamó Goethe, no es “la naturaleza espectral de la energía o de la luz”, ni un vacío cualquiera, sea “logarítmico hiperbólico inverso”, curveado o cualquier otro. No se trata de algunos números o proporciones sagradas, no se trata de ciertas formas geométricas o supercuerdas sagradas.

El fenómeno UR que describe el origen o la causa y el desarrollo de todo es la POLARIDAD INFORMATIVA. La unidad más pequeña de la matriz informativa es la proporción de dos polaridades y NO UN NÚMERO (Goethe lo dijo en las siguientes palabras: “La proporción es todo; el número no es nada”). En resumen, podemos decir que la Información= polaridad, y como de hecho sabemos que toda forma de energía potencial se basa en una u otra forma de polaridad, también podemos concluir que la energía potencial = información.

Todo el concepto de ELD que he comenzado a elaborar en un gran número de anuncios y ejemplos se encuentra aquí:

http://www.informationenergymedicine-academy.com/category/dle-dynamic-labile-equilibrium/

Éste es el concepto que establece que la fusión de dos o más polaridades es la base de todos los fenómenos energéticos o físicos. En otras palabras, “iniciaremos un proceso de enfermedad en la medida en que eliminemos o inhabilitemos una o muchas polaridades mediante la negación de un polo; esto puede suceder tal vez porque consideramos que los elementos eliminados o inhabilitados son incómodos, peligrosos u oscuros.

La Radiónica y otros  métodos que producen efectos no locales no trabajan con energías, fotones u otras entidades físicas, sino con elementos de la matriz informativa.

Sin lugar a dudas es una necedad pretender que los procesos radiónicos funcionen mejor si están protegidos electromagnéticamente, puesto que sus efectos atemporales y no locales demuestran que no se trata de un fenómeno electromagnético en sí mismo.

De igual manera, esto es la continuación del error original de pensar que los efectos radiónicos son un efecto de las ondas electromagnéticas y que, por lo tanto, éstas pueden medirse en términos numéricos que llamamos frecuencias.

Si entendemos los efectos radiónicos no como efectos de la energía, sino como efectos informativos, si estamos de acuerdo con lo mencionado anteriormente –es decir, información= “proporciones de polaridades”- y si además comprendemos que:

1. Las proporciones dimensionales se llaman “patrones”;

2. Las proporciones dimensionales son lo que nosotros denominamos como formas, y

3. Las proporciones dimensionales son “formas”…

Entonces comprendemos que los efectos radiónicos son creados no por frecuencias, sino por el movimiento informativo, la fusión y la reorganización de patrones, figuras y formas; el sistema CoRe precisamente trata de todo esto.

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